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El docente y las nuevas tecnologías

Por Graciela Mastropasqua

Los docentes transitamos un cambio educativo que requiere nuestro compromiso para interpretar, investigar y diseñar nuevas estrategias pedagógicas y didácticas que integren las TIC,  considerando  no solo el hecho instrumental sino también la importancia de la reflexión, participación y comunicación que el uso de las mismas implica. Las nuevas tecnologías deben ser «herramientas de gran valor para el alumno, como emisores de contenido y como productores de su propio canal de comunicación» (Lara, 2008).

Se advierte que no podrá lograrse sin una capacitación y actualización continua que nos permita ofrecer aprendizajes significativos, para una educación de calidad en busca de la equidad. La ley de Educación Nacional N° 26.206, sobre política de inclusión digital, incorpora las nuevas tecnologías como parte de la estrategia educativa nacional. El programa Conectar Igualdad  posibilita éstos nuevos escenarios para una apropiación significativa, disminuyendo brechas digitales, favoreciendo el acceso, el derecho a la información y comunicación,  estimulando la libertad de expresión y formación ciudadana.

El docente tiene la responsabilidad de integrarlas pensando que «no sólo supone la adquisición del manejo del aparato, sino fundamentalmente, el entendimiento de su uso como parte de una práctica social» (Huergo y Lara). Es menester considerar la necesidad de una Institución educativa que  se involucre, proponiendo el hacer colectivo y colaborativo de todos los docentes que forman parte de la misma, desde su trama singular hacia una educación de calidad en busca  de los mejores resultados.

El docente deberá tener en cuenta que Los Equipos Técnicos Regionales lo apoyan y capacitan.

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Las TIC como objeto de estudio. El desarrollo de la capacidad crítica

ruloDiferenciar información  de  conocimiento y trabajar en base a criterios para evaluar la  información son dos acciones importantes ya que se ha tendido a asimilar los dos conceptos y también se ha sobrevalorado la disponibilidad y abundancia por encima de la calidad.

A pesar de tomar todos los recaudos posibles en la evaluación de la confiabilidad de la información, aún corremos el riesgo de considerar a la Red como una fuente neutral de información o como simple ayuda o recurso pedagógico. Es importante plantear cuestiones acerca de los intereses de los autores, de las formas de representación del mundo, de los sistemas de referencias y circulación de la información y legitimación, de la participación responsable, etc.

Como sugiere David Buckingham (2005) –investigador y especialista en educación en medios–, las TIC deben ser incorporadas como objeto de estudio al lado de otros medios como el cine, la televisión y la radio.

Uno de los fines de la educación apunta al desarrollo de la capacidad crítica. Pero, ¿de qué se habla cuando se utiliza el término “crítico”? ¿Qué diferencia un enfoque crítico de uno acrítico? ¿Quién define lo que es acrítico?

Buckingham dice que en el enfoque predominante de la educación en medios se asocia “crítica” a  desmistificación, a  desmitologización, a hacer visible la ideología y alertar sobre las limitaciones de los textos mediáticos. Esta postura está concebida en términos puramente negativos ya que su objetivo es marcar las deficiencias de los medios (morales, ideológicas, estéticas), y parece implicar asumir de inmediato algún tipo de censura. Además, en la práctica se produce a menudo una situación en la que únicamente se presta atención a una lectura verdaderamente crítica, que curiosamente tiende a ser o coincidir con la lectura del profesor. Cuando los estudiantes comprenden que esta es la orientación que toma el trabajo sobre medios y TIC, infieren que acusar las limitaciones de los medios es la respuesta que se espera de ellos.

Según el investigador, a partir de los diez años, los niños suelen identificar muy bien estas  deficiencias  en los programas de la televisión y que se muestran críticos al respecto. Bajo este enfoque y dada la facilidad con que los estudiantes captan que esto es lo que hay que hacer, se puede desembocar en una situación en la que el profesor se esfuerza por enseñar a los alumnos cosas que ellos creen que ya saben. Por este motivo, Buckingham sostiene que se necesitan formas de análisis que no dependan de la realización de lecturas “correctas”. [1] Para ello, el desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico se sostiene cuando:

  • se da cabida a lo personal, al compartir interpretaciones, respuestas y sentimientos subjetivos;
  • a describir experiencias cotidianas con los medios y reflexionar sobre ellas.

Se trata de propiciar una visión más analítica y reflexiva, tratando de situarla dentro de una comprensión más amplia. Asimismo, es necesario estructurar el tiempo y las energías que implica la enseñanza del pensamiento crítico. Esto es, adoptar un ritmo de trabajo que permita al estudiante desarrollar su pensamiento, destinar tiempo a la reflexión, al cuestionamiento, a la experimentación de soluciones alternativas en la resolución de problemas, a la evaluación del trabajo, etc. Es muy importante también enseñar la transferencia de las habilidades del pensamiento crítico a otras situaciones y otros contextos.

El abordaje crítico no solo se refiere a analizar la construcción de la lógica de la argumentación, sino también cómo se construye el sentido a través de la combinación de las imágenes y los textos, la percepción de  lo que se quizo decir a partir de la lectura de los gestos, las conjeturas sobre  lo no dicho, etc. Otro elemento a tener en cuenta es lo que señala Roger Chartier (2000):

“los libros electrónicos organizan de manera nueva la relación entre la demostración y los hechos, la organización y la argumentación, y los criterios de la prueba. Escribir o leer en esta nueva especie de libro supone desprenderse de las actitudes habituales y transformar las técnicas de acreditación del discurso sabio, me refiero a la cita, la nota al pie de página […] Cada una de estas formas de probar la validez de un análisis se encuentra profundamente modificada  desde que el autor puede desarrollar su argumentación según una lógica que no es necesariamente lineal o deductiva, sino abierta y relacional, donde el lector puede consultar por él mismo los documentos (archivos, imágenes, palabras, música) que son los objetos o los instrumentos de la investigación. En este sentido, la revolución de las modalidades de producción y de transmisión de  textos es también una mutación epistemológica fundamental”.

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Este texto ha sido extraído de: Minzi, Viviana (coord), Batista, M. Alejandra, Celso, Viviana y Usubiaba, Georgina (2007), Tecnologías de la información y la comuncación en la escuela: trazos, claves y oportunidades para su integración pedagógica, Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación.


[1] El subrayado es del autor.

Referencias en este párrafo

Buckingham, David (2005), Educación en medios. Alfabetización, aprendizaje y cultura contemporánea, Barcelona, Paidós.

Chartier, Roger (2000) “¿Muerte o transfiguración del lector?”, École des Hautes Études en Sciences Sociales, París. Disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/recurso1.shtml

Las TIC como objeto de estudio. La producción

ruloBurbules y Callister (2001: 62) se preguntan qué tipo de acceso a las TIC vale la pena tener, y responden:

“Es necesario centrar la atención en la capacidad de los usuarios de elegir, evaluar y analizar lo que encuentren allí [en Internet]. Un acceso eficaz supone la capacidad y la voluntad de seleccionar y evaluar la inmensa cantidad de material disponible y también la capacidad de hacerse oír y ver, contribuir con buena información, ideas y puntos de vista propios”.

Esto nos habla de complementar el  análisis  con la  producción en el trabajo con medios y TIC. Producción que se fortalece con la facilidad de publicar que nos aporta la Web 2.0 y la posibilidad de ganar presencia en Internet siendo un proveedor creíble de información. Cuando se da a los alumnos oportunidades para producir, la mayoría de las veces dan cuenta de comprensiones sofisticadas. Cuanto mejor sepan crear contenidos (fotonovelas, blogs, videos, fanfictions, etc.), mejor podrán evaluar los recursos de otros y apreciar los buenos diseños y las aplicaciones imaginativas; podrán distinguir elementos superficiales de los importantes para formarse opiniones independientes sobre el valor y la calidad de la información, etc. Además, ellos mismos perciben un valor agregado en el aprendizaje cuando realizan trabajos prácticos, interactúan con otros y juegan con las formas y convenciones de los medios y de Internet. Por otro lado, si combinamos esto, por ejemplo, con un trabajo sobre la información de actualidad[1], incluyendo distintos formatos y medios, estaremos contribuyendo a desarrollar las competencias ciudadanas. Como indican Burbules y Callister (2001: 70):

“Lo que está en juego aquí no es sólo la educación. […] también tiene que ver con las oportunidades laborales, la adquisición de recursos culturales y de entretenimiento, interacciones sociales y, cada vez más, información y participación política”.

El desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico debe sostenerse de un modo más general, y no restringirse a los medios de comunicación o TIC. El pensamiento crítico es una actitud, una disposición que busca  fisuras transitables en el conocimiento, problematizar, estar en estado de alerta. Enseñar las habilidades del pensamiento crítico implica que los estudiantes adquieran conocimientos y, también, hacerles entender que desde el abordaje científico son provisionales, que suponen un inevitable recorte y que en el ámbito de las ciencias se producen encuentros y enfrentamientos de teorías. Obviamente, como docentes debemos manejar esta tensión y la necesaria gradualidad de la enseñanza de estos temas y cuestiones. No olvidemos que la capacidad crítica implica no dar nada por sentado y asumir la confusión, la duda, pero también la curiosidad y el asombro.


[1] Dado que el contenido de los medios y la cultura popular cambia permanentemente, paralelamente a los cambios en las tecnologías, se necesitará un concepto de  texto movible, que es preparado por el docente, la clase o los dos juntos. Este texto se relaciona con el periódico del día, algún artículo de una revista, un nuevo videoclip, un nuevo álbum de música, etc.

Este texto ha sido extraído de: Minzi, Viviana (coord), Batista, M. Alejandra, Celso, Viviana y Usubiaba, Georgina (2007), Tecnologías de la información y la comuncación en la escuela: trazos, claves y oportunidades para su integración pedagógica, Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación.

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Referencias

Burbules, Nicholas y Thomas Callister (2001) Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de lainformación, Madrid, Granica.